jueves, 4 de marzo de 2010

19:47

Un derivado en mi historia, que no deriva a nada. Una inspiración de escritura rutinaria o más bien simples formas que invento involuntariamente o no tanto, en mi cabeza, que sufre una mezcla de emociones constantes sin darme tiempo a digerirlas. En tres segundos estallo mi mundo para restaurrlo en tres días o más bien, en tres segundos restauro mi mundo para estallarlo en días. Al fín, no existe un objetivo fijo, lo definiría como un punto cerebral el cual te desafía constantemente para que logres llegar a el y que cuando lo alcanzes te susurre al oído: " soy la mentira de tus moralidades inexistentes, el real es ese más alto" (señalando otro nuevo objetivo que susurre la misma vieja historia que el anterior apuntando a uno más alto que el). Vivímos condenados a ser piezas de un tablero lleno de anhelos reales en el momento pero repleto de sobras en un futuro. Podemos ser una sociedad repugnante, mentirosa, infelíz e ignorante, pero jamás nos llamen conformistas.

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