martes, 6 de abril de 2010

-

El amor del semejante crea suspiros dentro de la subrealidad de tu vida. Gotas de enriedos que no funcionan como complemento de algún arcoíris. Bolsas de oro que al final no encuentran nada y árboles que maduran años, para caer y enfermar nuestro andrajoso pasado convirtiendolo en un futuro peor. No somos nada más que piezas con sentidos escritos y caminos marcados. No somos más que la misma compañía del destino, su perro, su humano, su amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario